DAVID SYLVIAN

Suele pasar: cuanto más insisten en plan exquisito, más terco le da a uno por ponerse. Hasta hace bien poco tenía apartado a David Sylvian y sus Japan: quiero decir que nada, que mis acercamientos habían acabado en fracaso. Una injusticia, porque tal fracaso se justificaba en un par o tres de rápidas escuchas a unos discos que tantas buenas críticas tenían. Pero mi paciencia la guardaba para canciones de más reconocido calorcillo tipo standard. Lo típico, lo fácil.

El interés inicial me había llegado al ver la portada de Secrets Of The Beehive entre las seleccionadas por la revista Rockdelux en aquel 1987, lo recuerdo perfectamente. Y luego que si el Brilliant Trees, el Dead Bees On A Cake... Pero yo encontraba su contenido demasiado alejado, demasiado frío.

Pero nunca es tarde, y bien está lo que bien acaba. Tuvo que juntarse la enésima crítica laudatoria, esta vez con motivo de la edición de un recopilatorio, y la necesaria tranquilidad para que este nuevo acercamiento cuajara, gracias a las inmejorables condiciones que proporciona la costumbre de pasar un rato tranquilo leyendo mientras escuchas música: enfrascado en la lectura, las canciones van pasando una y otra vez, calando el texto. Y al terminar dejándote llevar de la mano de ambos es cuando, agradecido, reconoces su aceptación.

Es verdad que no son unas canciones cualquiera. La crítica de Ricardo Aldarondo les hace justicia, con esas expresiones que ahora sí, ahora adquieren todo su sentido: «la bella gravedad de David Sylvian», «belleza evocadora en ocasiones inaprensible», composiciones que se mueven en terrenos únicos ( (hay ecos de pop, jazz, rock, ambient, étnica y vanguardia, pero no pertenece a ninguno de esos estilos)»…

Lo que si es inmediatamente atrayente es la voz de David Sylvian, tan personal, tan… eso, atractiva. Pero ahora que presté atención al entramado sonoro de estas canciones, convengo en que si perseguía una particular belleza, está más que conseguida.

«Taking the veil» podría ser de unos Steely Dan cooler than cool (que ya es decir). también me recuerda a ellos el comienzo de «Silver moon», que termina por ser una de mis favoritas por esa especie de arrebatado aire melancólico que la sostiene.

A la calidez por la aparente frialdad. Me da que David Bowie buscó durante una buena parte de su carrera lo que estas canciones son capaces de transmitir.

Desde luego, me quedo con las llamadas por sus fans como las más accesibles, pues ya sé que tiene discos más difíciles. «Pulling punches», «I surrender»; «Let the happiness in» o esa «Orpheus» que despiertael recuerdo de haberla escuchado en Radio 3 en su momento.

Con el contenido de este doble recopilatorio me declaro ya converso. Ha conseguido lo que uno entiende que debe ser el propósito de todos: ser tomados como una puerta de entrada a su discografía. A ella voy, por fin, convenientemente preparado.

David Sylvian – silver moon

2 respuestas to “DAVID SYLVIAN”

  1. José Luis Tib Says:

    Tras pronunciada ausencia, veo que todo sigue en su sitio, lo mismo que tus artículos bien descritos y mejor escritos, enhorabuena Manolo.
    Saludos pródigos José Luis Tib.

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